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Mi ♥

Mi ♥
mutante

Síganme los buenos

10/11/10

JAJJAJA

Mi prima Jimena, la más puta de las cuatro, se quejaba durante la cena de Noche Buena de que estaba gorda. Con dos dedos se agarraba un rollito minúsculo, apenas visible, se manoseaba unos 600 gramos de sobrepeso, al grito de “mirá la panza que tengo”. Cansado de tanta hipocresía y aprovechando el calorcito, me desabroché la camisa y, mirando a mi primita, le grité, en el tono más mersa del que fui capaz:

“¿Ves esto, nena?”, me señalaba la prominente buzarda, “¡Esto es una panza! Eso que vos tenés ahí es un pliegue de piel, es una napolitana con fritas demás… ¡Esto es una panza, carajo, y no eso! Te faltan muchos ravioles, pendeja, para poder hablar de panza”.


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